El partido fue por demás chato e intenso. En el primer tiempo fue superior Bariloche, que supo golpear primero a los 10 minutos con gol de Francisco Zapata Martínez, convirtiendo de cabeza luego de un tiro libre que provino desde la derecha, que encontró dos cabezazos antes y finalmente la cabeza de quien convirtiese el primer gol del encuentro. Cumpliendo con la famosa ley que reza que tres cabezazos en el área terminan en gol. Vilelas intentó, pero poco pudo hacer para vulnerar la defensa y la valla rival. Los visitantes aunque no llegaban mucho, parecían estar más tranquilos con el resultado, debido a la pasividad que transmitían los verdes.
El segundo tiempo cayó en un pozo. Los locales amenazaron al principio pero no pasó a mayores, y de a poco se empezaba a ver cómo sería esta etapa: Vilelas rara vez pudo hacer más de 3 o 4 pases a un compañero seguidos; y Bariloche extrañamente parecía empezar a cuidar el resultado y apostar al pelotazo a José Bassi para que la aguante o haga lo posible. Los errores y el nerviosismo en ambos planteles derivaron en ir a cada pelota con todo, como si eso fuese a equilibrar el juego de cualquier plantel. A los 35 minutos, llega el gol de tiro libre de Marcos Figueredo, que puso la pelota donde duermen las arañas (allá en el ángulo).
Por los muchos errores en ambos equipos, sobre todo en el segundo tiempo, hicieron de un partido que prometía ser un buen espectáculo todo lo contrario. Lento y picado por demás. Un punto para cada uno, que daría la sensación de que no ayuda mucho a las aspiraciones. Así que a trabajar y prepararse para entrar con todo a la siguiente temporada.
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